viernes, 24 de febrero de 2012

Trigo estival

Tenía los pies sumergidos en el agua, y jugueteaba divertido a ver como las ondas se propagaban por la piscina. Mientras, pequeñas gotas salpicaban hasta resbalar por sus inquietas piernecitas.

Apoyaba las manos en el borde que rodeaba la piscina, tan fuerte que unos pequeños hoyuelos aparecían en sus dedos regordetes.

Sus labios dibujaban una pícara sonrisa en el rostro, punteado por unas pecas que adornaban los mofletes. Sus ojos aceituna recorrían incansables cada detalle: un árbol retorcido y medio seco, las flores pastel que cubrían el suelo, y las diminutas hormigas que trajinaban alrededor de un hormiguero. Todo se fundía en su mirada, y en su cara se adivinaba fascinación.

En su ensimismamiento solo le molestaba una suave brisa que le revolvía los traviesos cabellos hasta meterse por sus ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario